Mis comienzos en fotografía trataron sobre temas intrascendentes, especialmente sobre cosas que todo el mundo conocía, pero a quien nadie prestaba atención. Al contemplar esos modestos reportajes en zona rural, me emociona el recuerdo de esos largos trayectos, junto a viejos compañeros de afición que hoy ya no viven. Con ellos, descubrimos la humildad y belleza de la fotografía en blanco y negro. (un gran autor, decía, que la obra en color, describía tan solo el vestido de las personas, pero que el blanco y negro, hacia visible su alma) … con nuestros trabajos, conseguimos inundar a toda Europa, y buena parte del mundo, de imágenes sobre esa visión sentimental de itinerarios de religiosidad popular transcurridos en medio de bosques de olivos. A mis ochenta años, y después de luchar en demasiadas trincheras, y tratando diversos temas artísticos, tanto en docencia, como en la experimentación de la técnica, la plástica y la belleza, siento añoranza de regresar nuevamente a la memoria del reportaje…
Josep Maria Ribas i Prous
De los caminos recorridos he extraído tantas imágenes... siempre cercanas a mi tierra, mi gente y mis amigos. Lo que existe entre lo folclórico y lo íntimo, entre lo natural y lo arquitectónico, o entre lo humano y lo místico es lo que a menudo acompaña mi inspiración. Siento íntegro el trabajo pausado, cuidadoso y artesano de la fotografía química, inspirada espontáneamente pero sosegada, madurada en laboratorio. Un viaje desde el encuentro estético hasta los haluros del papel que recorro una y otra vez, a veces exhausto pero nunca extinguido. Del trabajo de tantos años diré que no es más que pasional y vital, que no es poco. Y de estas imágenes diré que si no ha sido en el entusiasmo de la búsqueda que las he encontrado, habrá sido en la calma del viaje que me encontraron ellas a mí.
Llorenç Herrera Altés